Según UNICEF, de 669 mil docentes registrados hace 3 años, hoy se estima en no más de 500 mil, una reducción del 24% para este periodo, muchos por migración y otros por deserción.
Opinión / jueves 16 de marzo de 2023
GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS
LOS DOCENTES Y LA SORDERA MINISTERIAL
https://talcualdigital.com/los-docentes-y-la-sordera-ministerial-por-gioconda-cunto-de-san-blas/
Con empeño revolucionario,
la actual encargada de la cartera de educación marchó a Nueva York en
septiembre de 2022 para asistir a la Cumbre
de Naciones Unidas (ONU) sobre la Transformación
de la Educación, a dar cuenta del plan «Por Amor a mi Maestro», cuyo
objetivo no sería otro que atender directamente a docentes activos y jubilados
en jornadas de repartición de algunos bienes y servicios, al mejor estilo
populista.
Mientras en Nueva York
se alardeaba de un presunto aumento salarial de 835% para el personal docente,
en las calles de Caracas y muchas otras ciudades del interior de la república, los
docentes contradecían tales afirmaciones y protestaban por los bajísimos
sueldos y pensiones, por la carencia de atención en salud, por el
incumplimiento de los convenios colectivos. Mismas razones por las que también
han ido a las calles jubilados y trabajadores del sector público. Seis meses
más tarde, a la fecha de hoy, siguen protestando mientras el régimen hace oídos
sordos a los justos reclamos de los trabajadores, tratando de ocultar la
miseria criminal a la que han sido arrastrados los venezolanos, mientras maquillan
datos para consumo externo.
Al margen de cualquier
retórica, revisemos cifras. El 15 de marzo de 2022, el régimen unilateralmente aumentó
el salario
mínimo mensual a Bs. 130 (hoy el
más bajo de América Latina), una cantidad irrisoria equivalente entonces a
US$ 30,66, que requería multiplicarse 15,36 veces para comprar la canasta
básica familiar. Un año más tarde, el salario mínimo sigue siendo Bs. 130, aunque
el bolívar se ha devaluado de forma tal que hoy equivalen a US$ 5,38, suma ridícula
que hay que multiplicar por 90,33 para cubrir el costo de la canasta básica mensual,
valorada en US$ 487. Además, las tablas
por escalafón nos indican que el sueldo más alto para un docente apenas
remonta los Bs. 600, es decir, US$ 24,83, diecinueve veces menor que el costo
de la canasta básica.
Ante esta dramática
situación y frente a la tozudez de la ministra para negarse a una nueva
contratación colectiva, la secretaria general de la Federación Venezolana
de Maestros (FVM), Leyla
Escobar, aseguró que el magisterio seguirá reclamando su «derecho a vivir
con dignidad y tener salarios dignos para poder trabajar y alimentarse».
Carlos
Calatrava, director de la Escuela de Educación de la UCAB, ha hecho
hincapié en el deliberado olvido por parte de patronos y sindicatos a mejorar
el salario y las condiciones de trabajo de los docentes, a quienes se niega
respeto, motivación y respaldo, en un contexto marcado por la emergencia
humanitaria compleja. A esto se suma el ingente trabajo de recuperar las
escuelas existentes, las que según el Cluster de Educación 2022-2023-UNICEF-Venezuela
tienen una carencia aguda de servicios básicos, entre las que destacan la falta
de agua (56%), electricidad (69%) e internet (85%). Además, se requiere
construir nuevas escuelas, para pasar de las 27.000 actuales a casi 45.000, de
acuerdo a la población escolar proyectada para Venezuela, con un costo cercano
a 11 mil millones de dólares, sólo en planta física.
Menciona la UNICEF que el
principal problema del sistema escolar es la falta de maestros certificados,
provocado por la caída de los salarios y la precariedad laboral, precisamente
el motivo de las movilizaciones actuales. Según UNICEF, de 669 mil docentes
registrados hace 3 años, hoy se estima en no más de 500 mil, una reducción del
24% para este periodo, muchos por migración y otros por deserción. De los que
quedan, pocos han recibido formación continua, por lo que se requiere especial
énfasis en actualizar competencias pedagógicas y de enseñanza, como estímulo para
apoyar su permanencia y condiciones de trabajo.
La Cumbre motivo del
viaje ministerial generó el documento «Reimaginar juntos
nuestros futuros: Un nuevo contrato social para la educación», enmarcado en
el objetivo 4 (Educación de Calidad) de la Agenda
para el Desarrollo Sostenible 2030 y suscrito por más de 130 países, entre
ellos Venezuela: «Los profesores […] necesitan una mejor formación, mejores condiciones de trabajo y mejores
salarios». Nada de eso lo garantiza el régimen, por mucho que firme compromisos
internacionales a nombre de la república, que al final son letra muerta a los
ojos de todos.
Declaró el Secretario General de la ONU António Guterres que si hay una semilla para prevenir el
cambio climático, los conflictos violentos o la pobreza, esa es la de la transformación
de la educación como palanca de transformación del mundo. Y allí, los docentes
bien remunerados, revalorizados, respetados y formados tienen la palabra.
Apoyemos en sus justos reclamos contractuales a nuestros maestros y por
extensión, a los jubilados y trabajadores de esta Venezuela doliente.
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