El Estado se hace de la vista gorda en la aplicación de la Ley Orgánica del Ambiente (2006) y la Ley Penal del Ambiente (2012), aprobadas durante esta época pseudo-revolucionaria para servir de adorno. Pasando por alto su propia responsabilidad en el sufrimiento de millones de venezolanos por causa de nuestras penurias ambientales, el programa del presidente candidato coloca la culpa de la destrucción del medio ambiente sólo en el sistema capitalista (¡cuándo no!).
Tal Cual
Política / Jueves 23 de agosto de 2012 / p.7
AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA SAN BLAS
AMBIENTE, DISCURSO Y REALIDAD
Debido a la minería ilegal que ha crecido en la cuenca del Río Caura desde
2006, niñas y mujeres indígenas de la zona (un tercio de ellas embarazadas) están
contaminadas con el tóxico mercurio, en niveles hasta 5 veces mayores que los
límites permisibles de 2 miligramos por kilo de peso.
La lista de delitos ambientales recientes es larga, de la cual extraemos apenas
dos más: el lago de Valencia, contaminado con aguas residuales, al conectarse con
varios embalses afecta zonas densamente pobladas de Carabobo y Aragua; uno de siete
o más derrames petroleros en lo que va de año, el del río Guarapiche en Monagas,
fue clasificado como un desastre ambiental que tardará de tres a diez años en
revertir.
En esos escenarios y muchos otros, el Estado se hace de la vista gorda en
la aplicación de la Ley Orgánica del Ambiente (2006) y la Ley Penal del
Ambiente (2012), aprobadas durante esta época pseudo-revolucionaria para servir
de adorno.
Pasando por alto su propia responsabilidad en el sufrimiento de millones
de venezolanos por causa de nuestras penurias ambientales, el programa del
presidente candidato coloca la culpa de la destrucción del medio ambiente sólo
en el sistema capitalista (¡cuándo no!).
Ofrece también organizar la minería del oro y los diamantes según los
“principios éticos” de su pseudo-socialismo, con un apoyo tecnológico que si de
verdad existiera, se estaría aplicando desde hace 13 años. En lenguaje
hiperbólico, promete revertir las causas de los desastres ecológicos que
amenazan la vida humana sobre el planeta, sin ocuparse primero de la parcela
que nos toca habitar en ese condominio global.
Felizmente, tenemos otra opción para
el 7 O. El candidato Henrique Capriles Radonski nos asegura una política
ambiental que enfatiza la prevención y mitigación de la contaminación de los
cuerpos de agua, suelo y aire, con programas de gestión de riesgo, orientados a
evitar la ocurrencia de desastres o atenderlos oportunamente cuando sucedan.
No es esto verborrea electoral.
Capriles se respalda en hechos. Durante su gestión como gobernador, Ambiente Miranda
(www.miranda.gob.ve/ecologia) ha mantenido una política dirigida a la
conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, a través de educación y
participación popular.
Estudios sobre
diversidad biológica de los espacios marítimos de Miranda, promoción del uso
sustentable de recursos, talleres para la formación de guías de la naturaleza y
de microempresarios ambientales, programa piloto integral ambiental de energías
renovables, entre muchos, son activos a exhibir con magros recursos.
Víctor Hugo solía decir que “la
naturaleza habla y el ser humano no escucha”, un presagio de estos tiempos
pseudo-revolucionarios. Henrique Capriles Radonski, por el contrario, escucha
para conducirnos al progreso por el camino del equilibrio ecológico.
También en www.analitica.com/va/sociedad/articulos/8676348.asp
También en www.analitica.com/va/sociedad/articulos/8676348.asp
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