Ya lo decía Cadenas en su discurso de recepción del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2018): «Hay palabras tan principales […] por ejemplo, libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, que cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para sus ciudadanos el hecho de vivir realmente».
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Opinión / jueves 14 de abril de 2022
https://talcualdigital.com/gabriela-y-rafael-el-poder-de-la-palabra-por-gioconda-cunto-de-san-blas/
GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS
Que cada
palabra lleve lo que dice.
Que sea como
el temblor que la sostiene.
Que se
mantenga como un latido.
Rafael
Cadenas, Ars Poética
Es
8 de abril de 2022, Viernes de Concilio o de Dolores en el calendario católico,
preámbulo a las ceremonias de Semana Santa. En Caracas, tres significativos
actos de diversa tesitura y trascendencia han sido convocados para ese día.
Muy
temprano, los Palmeros
de Chacao comenzarán su ascenso a la montaña mágica, el Ávila, que
enseñorea nuestra ciudad capital. En una tradición que se remonta a la época
colonial, hoy declarada por la Unesco
Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, los palmeros de ese municipio
caraqueño subirán a recoger las palmas que una vez bendecidas en la misa del
Domingo de Ramos, serán distribuidas entre los fieles como recordatorio de las
palmas y ramos de olivo entregados a Jesús en su entrada a Jerusalén.
Al
mismo tiempo, un gozoso grupo de jóvenes de la ilustre Universidad Simón Bolívar
(USB) se apresta a recibir los títulos que les acreditarán como nuevos
profesionales al servicio de la república, en liturgia secular de las
instituciones académicas alrededor del mundo: el acto de grado, una solemnidad que
incluye en su protocolo el discurso de un graduando en nombre de sus compañeros
de cohorte y el discurso rectoral.
Para
la ceremonia del viernes 8 de abril, la joven Gabriela Álvarez, de la Facultad
de Arquitectura, es escogida para representar a sus compañeros de promoción en razón
de su destacado desempeño estudiantil. En su discurso,
dedicado al difunto Rector Enrique Planchart, la oradora se pasea por los
momentos amables y formativos que como estudiantes vivieron en su Alma Mater. De
repente, el tono del discurso cambia: «La universidad está en mengua, […] una
institución en decadencia […], falta de ética, liderazgo y misticismo por parte
de las autoridades rectorales…».
¿A
qué se debían esos latigazos de Gabriela, que provocaron la huida de las «autoridades»
y la paralización del acto? Hagamos memoria. El 16 /9/2021, a poco de fallecer
el Rector Planchart, el Ministro de Educación Universitaria juramenta nuevas
autoridades de la USB, sin que ellos sean producto de un proceso electoral a
través del Claustro Universitario, como dictan las leyes relativas a la
autonomía universitaria, de la cual la USB es beneficiaria. Una movida nada
inocente ni sorpresiva, dirigida a poner fichas del régimen en los cargos de
dirección universitaria por vía de facto.
De
esa forma, con autonomía mancillada y libertad de cátedra y de pensamiento
obstaculizadas por los autócratas, la vida universitaria queda en minusvalía. Llevan
ya 23 años en ese empeño, en una política estimulada por tipos egresados de
esas mismas aulas, algunos de ellos como directivos
impuestos por el CNU, tal el caso de los tres profesores en los cargos
rectoral y vicerrectorales de la USB, que ofendidos por las palabras de
Gabriela, abandonaron el acto, en ínfulas de irrespetados. Olvidaron que el
respeto se gana, no se impone.
Al
final, se retomó el acto en la tarde. La oradora recibió solitaria su título por
secretaría, en maniobra burda para evitar cualquier demostración de respaldo a
sus palabras. El aplauso, multiplicado mil veces, lo está recibiendo Gabriela
en las redes sociales. Hubiese sido un gesto hermoso que los graduandos
decidieran, cual Fuenteovejuna, ir todos a una a recibir sus títulos por
secretaría. Pero no fue así. En tiempos de dictadura, la solidaridad grupal puede
ser una de las primeras bajas. El miedo es un poderoso freno. Sálvese quien
pueda.
Mientras
esto pasaba, un emotivo evento por vía digital ocurría en la librería “El
Buscón” de Caracas. De la mano del Instituto Cervantes de
España y otras instituciones ligadas a la cultura hispanoamericana, se
celebraban urbi et orbi los 92 años del
tantas veces laureado poeta y profesor universitario Rafael Cadenas.
Maestro
de la palabra, Cadenas ha cultivado a lo largo de su fecunda y dilatada vida lo
que la veinteañera Gabriela apenas descubre: el poder de la palabra. Ya lo
decía él en su discurso
de recepción del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2018): «Hay
palabras tan principales […] por ejemplo, libertad, justicia, democracia,
civismo, honestidad, que cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para
sus ciudadanos el hecho de vivir realmente».
Cadenas,
con su lucha de larga data por la democracia, marcado por prisiones y
destierros; Gabriela, con frescura juvenil y una vida por delante, ambos
surgidos de los ambientes universitarios, nos invitan a seguir por esa senda,
la única posible para que el país pueda asumir un papel relevante en el
concierto de las naciones civilizadas. Don Rafael insiste: «En Venezuela nos
urge instaurar la normalidad, que sólo puede ser democrática».
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