Facundo Cabral

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miércoles, 22 de mayo de 2013

Palabras inaugurales del 8o.Encuentro Mirandino de Ciencia y Tecnología

Para nuestra Dirección es muy satisfactorio alcanzar este momento. Hay mucho que agradecer: a la UCAB, a las diversas Direcciones de la gobernación e instituciones participantes, a los docentes y estudiantes. Y a cada uno de los miembros de la Dirección de Ciencia y Tecnología (Alibeth, Edoly, Félix, Henry, Joel, Nahirgreg, Noris, Rosa, Yemallá). Para llegar hasta aquí, todo el equipo tuvo que hacer un trabajo tesonero a lo largo de todo el año lectivo, comenzando con ferias internas en los liceos y ferias regionales, de donde surgieron los 30 proyectos ganadores que se exhiben en este 8º Encuentro.








PALABRAS INAUGURALES DEL 8º ENCUENTRO MIRANDINO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA


Gioconda San Blas


Directora de Ciencia y Tecnología del Gobierno de Miranda


Universidad Católica Andrés Bello, 22 de mayo de 2013

A nombre de la Dirección de Ciencia y Tecnología del Gobierno de Miranda les damos la bienvenida a todos los participantes y visitantes al 8º Encuentro Mirandino de Ciencia y Tecnología. Este evento se lleva a cabo dentro de los festejos organizados por la Universidad Católica Andrés Bello para celebrar sus 60 años de fundada.

Para nuestra Dirección es muy satisfactorio alcanzar este momento. Hay mucho que agradecer: a la UCAB, a las diversas Direcciones de la gobernación e instituciones participantes, a los docentes y estudiantes. Y a cada uno de los miembros de la Dirección de Ciencia y Tecnología (Alibeth, Edoly, Félix, Henry, Joel, Nahirgreg, Noris, Rosa, Yemallá). Para llegar hasta aquí, todo el equipo tuvo que hacer un trabajo tesonero a lo largo de todo el año lectivo, comenzando con ferias internas en los liceos y ferias regionales, de donde surgieron los 30 proyectos ganadores que se exhiben en este 8º Encuentro. 

En él, los jóvenes y sus docentes intercambiarán experiencias con otras dependencias de la Gobernación que gustosamente nos ayudan y complementan, con universidades e instituciones académicas que adelantan proyectos de ciencia y tecnología al más alto nivel, con empresas asociadas al área, de manera que en esta atmósfera, nuestros muchachos y sus docentes encontrarán suficiente estímulo para disfrutar y apropiarse de la ciencia y la tecnología, dejando de lado el tradicional temor a las materias científicas.

Estamos en el siglo XXI, el siglo del conocimiento. Sin que esto quiera decir que todos se orientarán hacia carreras científicas, sí significa que nuestros jóvenes deberán tener conocimientos de ciencia para ser competitivos en el mundo que les toca vivir. Y esa es una misión insustituible del sistema educativo moderno. Siendo la educación la prioridad fundamental del actual Gobierno de Miranda, es lógico que en este siglo del conocimiento elaboremos programas que estimulen la curiosidad científica en los estudiantes y animen a los docentes a asumir proyectos cada vez más retadores intelectualmente. Y en eso estamos. Con más de 120 promotores de ciencia y cerca de 400 voluntarios, adelantamos esta labor que hoy tiene su representación máxima en este Encuentro.

Estar aquí, al cobijo de la UCAB, trae también otras reflexiones. Estar en la casa de la Compañía de Jesús, cuyo más alto exponente es el actual Papa Francisco, significa compartir con una institución que lejos de asociarse a dogmas, es reconocida como estimuladora  del indispensable flujo de ideas propio de cualquier Universidad que se estime como tal. Pero esto no es novedad en ellos. No en balde, la alta preparación intelectual y los desafíos que planteaban los jesuitas, sin olvidar su poder financiero y su influjo político, los convirtieron en centro de polémica desde muy temprano en el siglo XVII, levantando no pocos resentimientos en quienes no se sentían a su altura intelectual. La mezquindad maquinó para que por esas altas dotes, los jesuitas fueran expulsados de América en tiempos coloniales y hasta disueltos en 1767 por el Papa Clemente XIV, perteneciente éste a la congregación de los franciscanos. Cincuenta y un años pasaron antes de que esa disposición fuese revocada por Pío VII, a quien entonces debemos la posibilidad de estar en este hermoso ambiente de la UCAB.


La mención anterior a la preparación intelectual y las mezquindades que ésta genera no es gratuita. En esta Venezuela de hoy, los esfuerzos de superación o el tesón para lograr conocimientos académicos por encima de las dificultades, son vistos con sospecha por quienes buscan enrasar por lo bajo a toda la sociedad, sin parar mientes en que sólo con mayor y mejor conocimiento, con libertad de expresión, con libre discusión de las ideas,  es como una sociedad puede mirar al futuro y apostar por consensos que hagan posible la construcción de un país más productivo y mejor distribuido. 

El conocimiento como palanca de ascenso personal es también motor para el ascenso colectivo como nación. Y eso es lo que parecen no ver quienes desde las alturas del poder hoy pretenden humillar a la universidad venezolana, para convertirla en institución ajena a su razón de ser, lejos de la libertad de discusión de ideas, coartando su autonomía y queriendo someterla bajo el triste expediente de la sumisión financiera.  Sin bibliotecas, sin laboratorios productivos, sin profesores o con docentes mal pagados, la universidad va en riesgo de desaparecer, al menos como la institución generadora de nuevas ideas para la construcción de un futuro mejor para el país y sus ciudadanos. 

Mientras estamos en este acto, la comunidad universitaria nacional está en la calle, marchando hacia el Ministerio de Educación Universitaria, intentando una vez más ser recibidos por el ministro quien, a espaldas de su condición de profesor universitario, hasta ahora se ha negado a recibirlos. Habrá que insistir. La universidad venezolana está con nosotros desde 1721. En ese largo periplo ha sobrellevado mil penalidades, para resurgir con nuevos ánimos y por nuevos derroteros. También llegará el tiempo en que recordemos la realidad de hoy como una pesadilla superada, con una universidad vibrante, marchando a su destino, como señalan las palabras iniciales del Himno de la UCAB.

Será esa universidad libre y creadora la que acoja a los jóvenes liceístas que hoy participan en el 8º Encuentro Mirandino de Ciencia y Tecnología. No me queda la menor duda de que así será y muy pronto.

De esta manera, doy por inaugurado, a nombre del Gobierno de Miranda, el 8º Encuentro Mirandino de Ciencia y Tecnología.

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