Construir desde la escuela una sociedad basada en la cultura de la confianza, la equidad y el respeto, derivada de un recto gobierno con índice de corrupción cero. Ese es el mensaje desde Finlandia. Todo un desafío para nuestro maltrecho país.
https://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/docentes-hacen-cola-en-finlandia-y-en-uruguay-casi-nadie-quiere-el-cargo
Opinión / Miércoles 26 de septiembre de 2018
http://talcualdigital.com/index.php/2018/09/26/regreso-a-clases-por-gioconda-cunto-de-san-blas/
AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS*
REGRESO A CLASES
Hablar sobre el estado de la educación
en Venezuela es referirnos, de nuevo, a persistentes problemas, hoy agravados. Es contabilizar la
deserción escolar que en los últimos cuatro años ha sumado más de 700 mil niños
y jóvenes; es reportar la inasistencia de más del 20% por hambre u otras causas
asociadas a la pobreza; es obligarse a ver las destartaladas instalaciones que
poco invitan al aprendizaje; es saber que muchos bachilleres carecen de las
capacidades mínimas para cursar carreras científicas o tecnológicas; es seguir
manuales vetustos que nada dicen a los jóvenes del siglo XXI; es deplorar los afanes de ideologizar a las
nuevas generaciones; es resonar con los lamentos de los maestros cuyos sueldos
no alcanzan para llevar una vida digna; es entender sus renuncias masivas para
emigrar a países vecinos que puedan ofrecerles un futuro decoroso.
Por eso, hoy prefiero contarles de un
país, Finlandia, que teniendo un sistema escolar rudimentario a principios del
siglo pasado, es ahora uno de los cuatro países más exitosos en materia
educativa. Una
historia de progreso, a través de los testimonios de cuatro generaciones,
que tal vez nos inspiren a desear ese futuro y trabajar para lograrlo. Una
historia que también enfatiza el carácter gradual y prolongado de los procesos
educativos, sin fórmulas mágicas.
Taito, el bisabuelo, comienza estudios
en 1926 a sus 6 años en una Finlandia pobre y rural, recibiendo apenas 2
semanas de clases en el verano y otras 2 en primavera, por cuatro años, siendo
el primero de su familia en recibir alguna educación formal. Así sale al
mercado laboral para ayudar a sus padres. “De ahí en adelante, mi aprendizaje
fue en la escuela de la vida”, subraya Taito. El abuelo Jarmo comienza estudios
en Helsinki en 1956, en un programa similar al de su padre, extendido a seis
años. Pero en 1972 Finlandia implementa una reforma global del sistema escolar
que benefició a la tercera generación de la familia: Jari, quien logró formarse
como ingeniero de construcción.
Pero es el bisnieto Tatu quien ahora
disfruta del éxito de un sistema educativo que ha colocado a Finlandia dentro
de un selecto grupo de naciones, a partir de un progreso sostenido a lo largo
de más de medio siglo, desde que en 1968 los partidos finlandeses de izquierda
y derecha acordaron privilegiar a la educación como un servicio público clave
para todos los ciudadanos, no sujeto a los avatares de la política, con la
convicción de que solo con una población altamente educada, el país podría ser
exitoso en los mercados mundiales. Con 10 años, Tatu habla no solo su idioma
natal sino inglés (que comenzó a aprender en segundo grado) y alemán (a partir de
cuarto), esperando comenzar a aprender sueco cuando ingrese a sexto grado.
Los métodos de enseñanza-aprendizaje
para el joven Tatu son asombrosos para su bisabuelo Taito. Ya el foco
pedagógico no está en coleccionar información, aprender de memoria, como
hicieron las generaciones previas. Para eso está el internet. Hoy Tatu es
animado a desarrollar habilidades de pensamiento desde su ingreso al primer
nivel, a compartir proyectos educativos con sus compañeros y maestros, con el
uso de computadoras y digitalización, en ambientes confortables,
arquitectónicamente de primer orden. Ahora su pizarrón es una pantalla
inteligente donde el maestro y los alumnos interactúan sobre temas
seleccionados, sin llevarlos a casa como tareas. Los libros son electrónicos.
Mientras disfrutan del almuerzo que toda escuela les brinda, los estudiantes
socializan. Y así para todos los niños finlandeses, quienes sin diferencias de
clase o género reciben la misma educación gratuita de alta calidad, guiados por
maestros escogidos entre los más selectos universitarios con títulos de
postgrado, que gozan de un alto reconocimiento social y remunerativo.
De esta manera, Finlandia se ubica en
los primeros puestos, detrás de Singapur, Japón y Estonia, en las pruebas del
Programa Internacional para la Evaluación Estudiantil (PISA) que aplica la
Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo a jóvenes de 15 años
a escala mundial, para evaluar comprensión lectora, habilidad matemática y capacidad
para adquirir información científica y tecnológica, como herramientas para
desempeñarse con éxito en la sociedad del conocimiento del siglo XXI.
Ahí queda este ejemplo, no el único, de
lo que podríamos lograr como nación si nos empeñásemos con seriedad, tesón y
espíritu ciudadano a construir desde la escuela, advierten
en Finlandia, una sociedad basada en la cultura de la confianza, la equidad
y el respeto, derivada de un recto gobierno con índice de corrupción cero. Todo
un desafío para nuestro maltrecho país.
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