Facundo Cabral

“Nos envejece más la cobardía que el tiempo; los años sólo arrugan la piel pero el miedo arruga el alma” Facundo Cabral

“Guardar silencio también es tomar partido” Laureano Márquez

martes, 10 de abril de 2012

0800-cielo

Ya no basta ser una persona culta a la antigua usanza, es decir, conocer de arte, música o literatura. Hoy el término cultura se ha extendido al saber científico indispensable para desempeñarse con suficiencia en la sociedad del conocimiento de este siglo XXI.


Tal Cual
Política / Jueves 28 de abril de 2011 / p.8

AL COMPÁS DE LA CIENCIA


GIOCONDA SAN BLAS



0800-CIELO

Éste debió ser el número que Héctor Manrique, actor y director de teatro, diera al alto funcionario del ministerio de la cultura que hace un par de años lo contactó para preguntar por el número telefónico de José Ignacio Cabrujas. Un ministerio de cultura que luego de 15 años no se ha enterado del fallecimiento de uno de nuestros más destacados representantes de la cultura nacional, mucho menos sabrá de los movimientos universales hacia la conformación de la "Tercera Cultura", aquélla que supone la incorporación del saber científico y tecnológico en el acervo cultural de toda persona bien informada.
Ya no basta ser una persona culta a la antigua usanza, es decir, conocer de arte, música o literatura. Hoy el término cultura se ha extendido al saber científico indispensable para desempeñarse con suficiencia en la sociedad del conocimiento de este siglo XXI.
Vivimos una época en que los logros científicos son noticia prominente en periódicos y revistas. Biología molecular, inteligencia artificial, nanotecnología, biodiversidad, genomahumano, ciberespacio y muchos más son temas recurrentes en la cotidianidad, porque afectan nuestras vidas y exigen de nosotros un nivel mínimo de comprensión.
Hacia ese fin, el científico debe ocuparse no sólo en producir conocimiento original, sino en trasmitirlo en la forma de esa cultura popular que es la tercera cultura. A su vez, el ciudadano debe tener a su disposición las herramientas para captar los elementos esenciales de esa cultura y las autoridades educativas estar en capacidad de proveerlas.
Ya no basta la mirada solitaria de un ministerio de educación para organizar la formación de estudiantes y docentes en torno a la tercera cultura; esta sociedad compleja requiere además del aporte de los ministerios de educación superior, ciencia y tecnología y cultura para que el adiestramiento de las nuevas generaciones esté a la altura de lo que exige este mundo altamente competitivo.
Nuestra realidad educativa, salvo excepciones, es de un desconcertante abandono en materia científica: profesores en cantidad insuficiente, vacantes no ocupadas, poca motivación de estudiantes y docentes, cursos aprobados sin haberse dictado una hora de clase, conforman una actitud de desinterés general hacia las ciencias expresada fríamente por Cosme (Acto Cultural, J. I. Cabrujas) cuando declara que: "...en mi vida me ha importado la microbiología o la rabia de los perros...".
De manera que mientras no asumamos con crudeza nuestra desolada realidad en términos educativos, sobre todo en materias científicas, no estaremos en capacidad de llevar a cabo las transformaciones necesarias para asegurar una sólida formación de las nuevas generaciones en la tercera cultura de esta época. Es urgente un contacto con el 0­800­TIERRA.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario