Al poeta le duele su país, nuestro país. Su inspiración poética no lo aleja de la mirada atenta al devenir del venezolano.
https://publishnews.es/rafael-cadenas-gana-el-premio-cervantes-2022/
Opinión / jueves 17 de noviembre de 2022
https://talcualdigital.com/el-pais-incompleto-de-rafael-cadenas-por-gioconda-cunto-de-san-blas/
GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS
EL PAÍS INCOMPLETO DE RAFAEL CADENAS
«Florecemos en un abismo».
Rafael
Cadenas, «Memorial» (1977).
Ya
había ganado el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio de
Literatura y Lenguas Romances de la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, el Premio
Nacional de Literatura, el Premio Alma Mater de la Universidad Central de
Venezuela y varios más. Faltaba solo el más prestigioso premio de la lengua
española, el Premio
Cervantes, y acaba de ganarlo en la edición 2022 por "su obra [… que] demuestra
el poder transformador de la palabra”. Hablamos -por supuesto- de Rafael
Cadenas, poeta por antonomasia.
No
seré yo quien haga una exégesis de su obra literaria; carezco de méritos para
ello. Sí me detendré en el Cadenas ciudadano, en el «viandante dispuesto a
luchar sin estridencias contra la barbarie», como acertadamente lo describió
Elías Pino Iturrieta en reciente
artículo. Ese que de militante del partido comunista en su juventud, se
decantó en la madurez hacia un escepticismo prudente, porque a
juicio suyo, no es motivo de vanagloria pensar en la vejez como se pensaba
en la juventud. «Dediqué mucho tiempo a esa religión laica llamada comunismo,
sobre la cual aún hoy lucubran intelectuales europeos». Hoy tacha de dictadura
dinástica a todo régimen comunista; insiste en que las ideologías, una vez
oficializadas, traban el pensamiento libre; y
añade, cáustico: «Se proponen liberar a los seres humanos y comienzan por
privarlos de libertad».
En
entrevista realizada en 2014, el periodista recuerda que en 1958 Cadenas
publica «La isla», un poemario que se abre con una cita del polaco Czeslaw
Milosz: «Infeliz bajo la tiranía, / infeliz bajo la república, / en una
suspirábamos por la libertad, / en otra por el fin de la corrupción». Y
pregunta al poeta: ¿Por qué suspiran hoy en Venezuela? «En Venezuela, porque se
va reduciendo a diario el margen de libertad».
El
discurso de aceptación del Premio
Reina Sofía (2018) es ocasión para reiterar una vez más su apoyo
irrestricto a la democracia y su compromiso con la libertad. «Hay palabras tan
principales, por ejemplo, libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, que
cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para sus ciudadanos el hecho
de vivir realmente. Esas palabras, además, deben corresponder a lo que designan».
No deja pasar la ocasión solemne para insistir en la enseñanza del idioma como
arma contra las dictaduras de todo pelaje: «Quisiera, sí, señalar la
importancia del lenguaje en el ejercicio de la política. Tiene la enorme tarea
de enfrentarse a la neolengua de todo totalitarismo, un peligro para los seres
humanos porque los vuelve absolutamente dependientes del Estado», una velada
invitación a los políticos o a quienes aspiren serlo para enriquecer su
lenguaje y usarlo en favor de las mejores causas. Su discurso lo cierra con una
reiteración de la amistad entre Venezuela y España, recordándoles con picardía
a quienes la adversan por motivos ideológicos, que su reclamo lo expresan en
español.
Al
poeta le duele su país, nuestro país. Su inspiración poética no lo aleja de la
mirada atenta al devenir del venezolano. Una y otra vez propone ideas
que sirvan para adelantar soluciones políticas a la grave situación nacional: «En
Venezuela nos urge instaurar la normalidad, que sólo puede ser democrática. Soy
un gran defensor del diálogo; sin diálogo no hay civilización ni cultura. En mi
país ha desaparecido. No se conversa. La democracia se trasciende a sí misma
porque significa libertad». «El totalitarismo ha sobrevivido y ha vuelto, y no
hay que descuidarse. Hay que defender la democracia». «Excluiré la palabra
patria de mi vocabulario porque se ha abusado demasiado de ella con fines
propagandísticos». Y para el exilio
de hoy, en memoria del destierro que vivió en carne propia, víctima de la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez, también tiene una voz: «Se han ido varios
millones de venezolanos, por lo que se puede afirmar que este es un país
incompleto».
«Ha
habido práctica democrática, pero no educación democrática. Demócrata
no es el que solamente vota en unas elecciones, sino el que lo es en todas
partes, en su casa, en su trabajo, en la calle. Esa es mi idea de la democracia,
es algo incluso espiritual, por eso trasciende la política».
Robando
palabras de Sonia
Chocrón, digamos entonces que «Rafael Cadenas es la voz visible, incólume,
indestructible de un país que aún resiste». Celebremos, pues, al poeta Cadenas
y también al ciudadano Cadenas.
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