No ha podido ser más clara y contundente la exhortación emitida por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en su 106ª asamblea plenaria ordinaria, al compartir con el pueblo venezolano las angustias que sufrimos y llamar a la reconciliación y el diálogo para superar la presente crisis nacional.
Miranda por Edo, 14/07/2016
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Opinión / Jueves 21 de julio de 2016 /
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AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA SAN BLAS
No
ha podido ser más clara y contundente la exhortación
emitida por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en su 106ª asamblea
plenaria ordinaria, al compartir con el pueblo venezolano las angustias que
sufrimos y llamar a la reconciliación y el diálogo para superar la presente
crisis nacional.
Emitida
el pasado 12 de julio en los días conmemorativos del bicentenario del
fallecimiento de Francisco de Miranda, fecha que dio pie al rescate del
pensamiento libertario del Generalísimo, tal coincidencia nos puso en evidencia
la similitud de llamados, a pesar de los dos siglos que separan ambos eventos.
En
carta a Miranda fechada en 1812 se informa que “…la escasez de víveres ha llegado a lo sumo, y a precios tan subidos
que aun las gentes pudientes no pueden soportarlos, … miembros de la
municipalidad se toman la mayor porción para sí y sus amigos y no alcanza para
los pobres, y lo peor es que muchos de ellos han hecho granjería vendiendo a
más precio”. Mientras tanto, nuestros
obispos puntualizan que “…la escasez y carestía de alimentos, medicinas e
insumos hospitalarios nos están llevando al borde de una crisis de seguridad
alimentaria y sanitaria, con consecuencias sociales impredecibles… Un exponente
de esta degradación moral es la reventa especulativa de productos, llamada
popularmente ‘bachaqueo’".
En
su intervención ante el Congreso General de Venezuela el 2 de julio de 1811,
Miranda es enfático al expresar que “…hemos
dividido los poderes, porque lo hemos creído necesario; debemos ser muy cautos
en sostener esta división… Los cuerpos colegiados pueden ser tiranos, cuando no
hay una exacta división de poderes”, expresiones que parecen copiar los
obispos cuando insisten en que “…la división, autonomía y colaboración entre
los Poderes es un principio democrático irrenunciable… La raíz de los problemas
está en la implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor,
rentista y centralizador que el Gobierno se empeña en mantener”.
Miranda
se queja de la “…pobre Patria oprimida… bajo
el más cruel e infame despotismo” de quienes se asumen “dueños de vidas y haciendas… cuando la menor
instrucción, la palabra más indiferente, una queja vaga en la boca de uno de
nosotros es crimen de estado que nos conduce irremediablemente a la tortura, a
un presidio o a la muerte. Un lamento que retoman hoy los obispos de la CEV
al reclamar que “vivimos prácticamente al arbitrio de las autoridades y de los
funcionarios públicos, quienes tienden a convertirse en los censores de la
vida, del pensamiento y de la actuación de los ciudadanos. … La verdad cede su
puesto a la mentira, la transparencia a la corrupción, el diálogo a la
intolerancia y la convivencia a la anarquía…”.
Puestos
en la realidad actual, los obispos hacen un llamado expreso al Consejo Nacional
Electoral a que cumpla con “su obligación de cuidar el proceso del referéndum
revocatorio para que se realice este año. Es un camino democrático, un derecho
político contemplado en la Constitución. Impedirlo o retrasarlo con múltiples
trabas es una medida absurda, pues pone en peligro la estabilidad política y
social del país, con fatales consecuencias para personas, instituciones y
bienes”.
En
el fondo, este llamado de hoy va paralelo al de Miranda cuando pide unirnos “…por nuestra libertad, por nuestra independencia…”
para establecer “sobre las ruinas de
un gobierno injusto y destructor un gobierno sabio y criador: sobre la
tiranía la libertad, sobre el despotismo
la igualdad de derechos, el orden y las buenas leyes”.
Tanto
hemos retrocedido como nación en estos años de revolución de pacotilla, que las
bicentenarias advertencias de Miranda pueden homologarse a las circunstancias de
los venezolanos de hoy. Pero no es cuestión de deprimirnos, porque ya la CEV
nos estimula a “no dejarnos robar la esperanza que hace posible lo que parece
imposible”.
En
eso estamos, hasta lograr ese país próspero y democrático que nos merecemos.
TUITEANDO
En la sociedad del conocimiento: Estudiantes
con bajas notas fueron asignados a Educación y Ciencias.
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