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Tal Cual
Política / Jueves 03 de octubre de 2013 / p.6
AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA SAN BLAS
CIUDADES DE CIENCIA Y CIUDAD GÓTICA
A 167 km al sur de Seúl, el
gobierno surcoreano refuerza su grandiosa ciudad de la ciencia en Daejeon. De
los US$ 15 mil millones anuales que el gobierno invierte en investigación y desarrollo
(3,7% PIB), el 8% se destinará hasta 2017 a la construcción de 50 centros más, 25
de ellos en Daejeon y los demás, en universidades de todo el país.
Al inaugurar el Instituto de
Ciencias Básicas en 2012, el entonces presidente surcoreano Lee Myung-bak expresó
que “para emerger como nación avanzada, hay que basar la pauta creativa en ciencias
básicas y tecnologías originales. Los países líderes en ciencia y tecnología
tienen no sólo premios Nobel, sino enormes riquezas gracias a sus logros en
investigación básica. Nuestro futuro depende en gran medida de la comunidad
científica".
Sin devaneos
pseudo-revolucionarios tan del gusto de la ALBA a la cual pertenece, Ecuador crea
audaces programas de ciencia y tecnología, entre ellos la Ciudad del
Conocimiento de Yachay, al norte de Ecuador. Con estándares internacionales, en
sus universidades y centros de investigación se priorizará la investigación,
innovación y producción de conocimiento, desarrollo tecnológico, diversificación
industrial y más.
También en Ecuador, el Programa
Prometeo atrae talento humano, financiando con largueza la estadía de destacados
científicos extranjeros (venezolanos entre ellos) y ecuatorianos en el exterior,
en ánimo de “construir otro tipo de sociedad basada en el conocimiento” (SENESCYT).
Pero en Ciudad Gótica,
oscura, corrupta y decadente, las cosas van por otros derroteros. El Guasón, farsante
contumaz, nos cuenta sin que nadie le crea, que allí se invierte 2,7% del PIB
anual en ciencia y tecnología “endógena”, US$ 10 mil millones que si los
hubiera de verdad, pondrían a los habitantes de Ciudad Gótica al nivel de
Alemania. Dentro de los proyectos aprobados (8% de la cifra anotada), los hay científicamente
sólidos; otros, en cambio, avalan la producción de semillas “socialistas” o el
reforzamiento de conucos, con una visión retrógrada que nos remite a Lysenko,
el destructor de la agricultura soviética, o a la época colonial. Y no hablemos
del “eco-comuno-bus” de la ciencia que formará “cultores” científicos, como si
la ciencia fuese una actividad improvisada. O de la imposible transferencia
tecnológica a una industria abatida a fuerza de expolios y cargas tributarias.
Dicen que Batman, con sus saberes
científicos, técnicas detectivescas y destreza física, es el héroe indispensable
de los ciudadanos de Ciudad Gótica contra los entuertos del Guasón. ¿Indispensable?
“Desgraciada la tierra que necesita héroes”, responde Bertolt Brecht en boca de
Galileo, ese revolucionario de la ciencia, símbolo a la vez de la abdicación
del conocimiento frente la opresión del poder y la persistencia del dogma.
También en: www.analitica.com/va/sociedad/articulos/6744814.asp
También en: www.analitica.com/va/sociedad/articulos/6744814.asp
Estimada Doctora San Blas,
ResponderBorrarLe adjunto unos datos para que sean leídos al "nefelíbata"...
http://blogs.elpais.com/eco-americano/2013/11/cu%C3%A1nto-invierte-am%C3%A9rica-latina-en-investigaci%C3%B3n-y-desarrollo.html
Saludos y felicitaciones por su obra en Mirando y su blog,
Luis Guevara
Muchas gracias por sus comentarios.
ResponderBorrarLos satélites Simón Bolívar y Francisco de Miranda que Venezuela ha puesto en órbita en los últimos años son en realidad hechura china, en la que poco han participado tecnólogos venezolanos. La cifra de 2,69% de PIB invertidos en ciencia y tecnología en nuestro país son sólo una fantasía gubernamental. Las cifras reales van en torno a 0,50% del PIB. Si bien aparentemente la cantidad de científicos y tecnólogos ha aumentado en los últimos años, esto es producto en buena parte de un relajamiento de las normas de clasificación que incluye a "cultores de la ciencia" (?) como supuestos científicos. El hecho cuantificable es que desde 2008, el número de publicaciones científicas producidas en Venezuela ha ido en drástico descenso. Habría mucho más que decir. Los remito a los análisis que periódicamente publica Jaime Requena, especialista en el tema.