El conflicto universitario nos arropa a todos, más allá de la propia comunidad.
La familia venezolana, que aspira a una mejor formación académica para sus
hijos como mecanismo de ascenso social, debe sumarse a esta lucha para impedir
que la barbarie totalitaria se instale definitivamente. Mientras la universidad
se mantenga como lugar fértil para el intercambio de ideas en libertad, un
espacio para la formación de ciudadanos, Venezuela tendrá esperanza de retomar
el camino del progreso, mirando a un futuro promisor.
Tal Cual
Política / Jueves 13 de junio de 2013 / p.6
AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA SAN BLAS
MISIÓN "MUERA LA UNIVERSIDAD"
“Me niego a seguir
recibiendo un salario indigno y humillante. Me niego a doblegarme al
pensamiento único que pretende oprimir a la universidad, que en libertad y
democracia formó a quienes hoy desean verla destruida. Me niego a que no haya
recursos para investigación, bibliotecas bien dotadas y suscripciones a
revistas. Me niego a visitar las ferias de libros, sólo a ver lo último que
publican las editoriales pero sin comprar nada porque no tengo. Me niego a
seguir discriminado porque decidí buscar el conocimiento y el saber. Me niego a
seguir formando a los hijos de los demás sin tener recursos para educar al mío.”
De esta forma, Tomás Guardia
(UCV) plasma su realidad cotidiana, la realidad de miles de profesores
universitarios que en las 13 universidades autónomas y experimentales más
importantes se han declarado en paro indefinido, como respuesta a la calculada desgana
con que las autoridades gubernamentales ven el creciente empobrecimiento de los
universitarios y el deterioro físico e intelectual de las universidades. “¿Cuál
crisis?” ha sido la displicente respuesta del ministro de educación
universitaria, él mismo profesor de la UCV.
¿Cuál crisis? Un presupuesto
congelado desde 2008, 60% deficitario, que apenas deja 10% para las tareas
universitarias; sueldos miserables: un instructor con título de Magister y un
profesor titular, con doctorado y 25 años de labor, 1,2 y 2,9 salarios mínimos;
deserción masiva de profesores (en la UCV, más de 800; en la USB, más de 300); ausencia
de relevos; concursos desiertos; publicaciones científicas en declive, a nivel
de 1996; desconocimiento de las normas de homologación (130% inflación en 5
años); agresiones violentas (sólo en la UCV, más de 50 en 10 años); rechazo de
la FAPUV como legítima representante gremial de los profesores (40 mil
asociados) e instauración de sindicatos oficialistas minúsculos, que asumen
ilegalmente el mandato.
Los estudiantes, en gesto
que los ennoblece, se solidarizan con sus profesores. Y con los demás miembros
de la comunidad universitaria, víctimas de esta crisis cuya dimensión es negada
por el ministro y el gobierno, decididos a convertir las universidades en
instituciones serviles a su pretensión totalitaria.
También en: http://www.conflictove.org.ve/analisis-y-opinion/mision-muera-la-universidad-articulode-gioconda-san-blas.html
Quizás lo más grave de todo, aunque usted no lo crea, no está dicho en este artículo y se trata de la decisión de imponernos un modelo de universidad sin pluralidad, sin autonomía, donde impere el pensamiento único castrocomunista. Forzarle el brazo a los buenos profesores e investigadores que ellos llaman de derecha, para que se sometan al ¨plan de la patria socialista¨ que no es otro sino la permanencia en el poder de una camarilla de enchufados al servicio del régimen cubano.
ResponderBorrarEn realidad, está dicho quizás no de una forma explícita, cuando menciono que se nos quiere imponer un estilo totalitario, al cual hay que oponerse. Ese tema tal vez merezca una nota dedicada exclusivamente a él. Gracias por su comentario.
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