En vista de tal situación de profundo deterioro del sistema educativo venezolano, instituciones como la UCAB, la Universidad Metropolitana, la Universidad Monteávila, el Centro de Reflexión y Planificación Educativa (Cerpe), la consultora EY y varias empresas, con la iniciativa e impulso de Fe y Alegría formaron la Alianza por la Educación a los fines de avanzar de ese «estado docente» hacia la «sociedad educadora».
Opinión / jueves 07 de marzo de 2024
GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS
DEL ESTADO DOCENTE A LA SOCIEDAD EDUCADORA
En diversas
oportunidades nos hemos referido al deterioro persistente de la educación en
Venezuela en décadas recientes. Los datos son muchos, tantos que exceden las
limitaciones de este espacio. Sin embargo, bástenos apuntar algunos que ilustran
un cuadro de depauperación a todos los niveles del sistema educativo inicial y
primario (el universitario, igualmente empobrecido, requiere de consideraciones
aparte), con el consiguiente perjuicio al estudiantado y al profesorado, que en
definitiva comprometen el futuro de la nación.
Un estudio publicado
por la Asociación
Civil Con la Escuela en octubre de 2023 reveló que 24% de los maestros
encuestados no son graduados en la carrera docente, es decir, no están
capacitados ni formados para ejercer la profesión, incorporados en un intento
improvisado de subsanar el déficit
de docentes creado por la emigración de alrededor de 97 mil maestros, a lo
que se suman unos 100 mil que han abandonado una carrera muy mal remunerada, para
dedicarse a otras actividades u oficios. De hecho, mientras la canasta básica
llegó a US$
535 en enero de 2024, el sueldo de un docente
VI es apenas el equivalente a US$ 17 (sí, diecisiete dólares), al haber perdido
96% de su valor
adquisitivo en 25 años de revolución.
Del lado estudiantil,
la situación es igualmente dramática. De acuerdo con el artículo 103 de la
constitución, casi 11 millones de jóvenes entre 6 y 18 años deberían estar
asistiendo obligatoriamente a escuelas y liceos. Sin embargo, solo asiste 69%,
quedando excluidos casi 3 millones. De los asistentes, el 81% está en los
peores promedios, es decir, casi 5
millones de jóvenes venezolanos, el futuro de Venezuela, no están
alcanzando ni siquiera la calificación 09/20 en matemáticas o habilidad verbal,
bases de la cultura y el razonamiento lógico.
El déficit de 25 mil
instituciones educativas, las graves
fallas en las existentes (62% de las escuelas sin iluminación apropiada, 60%
sin baños operativos, 70% sin internet) añade a este cuadro de ruina y abandono
que hoy en día representa al «estado docente» tipificado en la constitución. Carlos
Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés
Bello (UCAB), comenta que «recuperar las escuelas (unas 27 mil) y construir nuevas (casi 45 mil) que requiere
el país, tiene un costo cercano a 11 mil millones de dólares. Esto sólo en
planta física».
En vista de tal
situación de profundo deterioro del sistema educativo venezolano, instituciones
como la UCAB, la Universidad Metropolitana, la Universidad Monteávila, el
Centro de Reflexión y Planificación Educativa (Cerpe), la consultora EY y
varias empresas, con la iniciativa e impulso de Fe y Alegría formaron la Alianza
por la Educación a los fines de avanzar de ese «estado docente» hacia la «sociedad
educadora». En ella se propone establecer un nuevo contrato social en materia
educativa que involucre a la sociedad educadora y no solo al Estado para que el
país adapte la educación a las dinámicas y demandas propias del siglo XXI, como
ha sugerido la UNESCO.
Nuevo
contrato que se propone seguir las orientaciones metodológicas de los
Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, especialmente
el ODS 4, relativo a educación de calidad y cuyas metas progresivas a 2030 y
2050, en clave venezolana son:
ODS4.1.-Asegurar que
los venezolanos entre 0 y 18 años se integren a la escuela y culminen los
niveles obligatorios en un sistema educativo público pertinente, de calidad, en
democracia y libertad.
ODS4.2.-Ejecutar planes
curriculares de formación para el trabajo de calidad integrados en la dinámica
propia de la Educación Media venezolana, como vía para la vinculación pronta de
hombres y mujeres al mundo productivo de acuerdo a las necesidades del país.
ODS4.3.-Alcanzar la
plena integración escolar e inserción laboral de las personas con discapacidad
sin más limitaciones que las asociadas al desarrollo de su potencial y las
oportunidades presentes del entorno, con miras a la construcción de una cultura
y políticas inclusivas.
ODS4.4.-Mejorar la
actual planta física escolar y construir unas 25 mil nuevas escuelas
correspondientes a los niveles obligatorios, a fin de garantizar el ejercicio
del derecho humano a la educación.
ODS4.5.-Cumplir con una
acción colaborativa de formación de educadores con las universidades e
institutos pedagógicos del país, que permita el logro de más de 255 mil nuevos
profesionales.
La meta de 2050 puede
parecer muy remota para algunos (ciertamente lo es para mí) pero es así, paso a
paso, como se construye una población educada, culta, preparada para los retos de
la sociedad en la Cuarta Revolución Industrial, el siglo del conocimiento, como
conocemos a los tiempos que vivimos.
La educación es siempre
un proyecto de largo alcance. Demos el primer paso. Iniciemos ese andar cuyos
resultados verán nuestros hijos y nietos.
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