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Tal Cual
Política / Jueves 12 de diciembre de 2013 / p.5
AL COMPÁS DE LA CIENCIA
GIOCONDA SAN BLAS
PANDORA EN NAVIDAD
A mis afectos lejanos y a los que aquí
nos acompañan. Y mi recuerdo para quienes ya nos dejaron
Panettone de
Milano e higos rellenos con nueces, llegados de Italia por vía de la nonna, hallacas, pernil, pan de jamón y dulce
de lechosa, hechuras de mi madre, engolosinaron mis navidades infantiles. Como
tantas familias venezolanas, la mía se fundó con un padre emigrado desde el empobrecido
sur de Italia y una madre de profunda raigambre oriental, espantada a Caracas
junto con su familia para huir de la miseria y el paludismo que azotaban a su
pueblo natal y a ella misma en la primera mitad del siglo XX.
Al paso del tiempo formé mi propio hogar. Y al menú
decembrino de mis hijos se añadieron entonces la trucha canaria (un dulce
navideño, no un pescado) y otras delicias aprendidas de la mano de mi suegra,
emigrante de las Islas Canarias en busca de un futuro promisorio para ella y su
familia.
En ese crisol de estirpes crecimos miles de venezolanos,
hijos del mestizaje que encontró aquí suelo fértil para construir un país a
partir del esfuerzo conjunto de nativos e inmigrantes. Hasta que en la última
década los nietos comenzaron a recorrer un camino inverso al de sus abuelos, desterrados
de su suelo natal por la violencia, la inseguridad y la falta de oportunidades,
convirtiéndose en inmigrantes de tierras ajenas, en procura de una mejor
calidad de vida para sus propias familias. Y así, a sus mesas navideñas se han
ido añadiendo Christmas pudding inglés, ajiaco colombiano, ribbe noruego y
otros platos típicos de sus tierras de adopción.
Con un beso los dejamos ir por
saberlos en mejor destino, al tiempo que avizoramos la tristeza de los abrazos
imposibles, la añoranza por el ausente, la otra cara del exilio, esa que
vivieron nuestros abuelos cuando sus hijos los dejaron. Nos toca despedir a
nuestros amores: hijos, sobrinos, amigos, en esa diáspora
de nueva data, tan ajena a nuestro gentilicio, corridos por la violencia, la hostilidad,
el desaliento.
Mientras, un exilio interno ronda a
quienes nos quedamos. Una tierra dividida entre “nosotros” y “ellos”. A fuerza
de un discurso pugnaz, promovido desde el poder y asumido por todos, levantamos
muros de incomprensión. De una sociedad de matices hemos derivado en dos mundos
que no se hablan, cada quien en su propio exilio, con sus resentimientos y
frustraciones. Y en medio del agobio generado por tensiones sin fin, una
Venezuela que no reconozco.
En esta navidad y fieles al legado
de Pandora, perseveramos en la esperanza de reconciliar a la familia venezolana.
“Ha llegado el momento de curar las
heridas. El momento de salvar los abismos que nos dividen. Ha llegado el
momento de construir, de
actuar como un pueblo unido para lograr la reconciliación nacional y la
construcción de la nación. Que haya justicia y paz para todos. Que haya
trabajo, pan, agua y sal para todos
(Nelson Mandela)”.
También en: http://www.talcualdigital.com/nota/visor.aspx?id=96535&tipo=AVA
http://www.codigovenezuela.com/2013/12/noticias/pais/gioconda-san-blas-pandora-en-navidad-tal-cual
http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/search?q=gioconda+san+blas
http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/3996578.asp
También en: http://www.talcualdigital.com/nota/visor.aspx?id=96535&tipo=AVA
http://www.codigovenezuela.com/2013/12/noticias/pais/gioconda-san-blas-pandora-en-navidad-tal-cual
http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/search?q=gioconda+san+blas
http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/3996578.asp
Hola Gioconda, me sentí obligado a comentarte tu artículo, ya que al leerlo pude ver que se trata de una foto en 3D, con olores y sabores, vale decir, viva, de una realidad que nos es común a muchos, con esa condición de ser hijos o nietos de emigrados y, que ahora, vemos esa diáspora creciente de nuestros nacionales familiares y amigos en la bolita del mundo, gente, que se niega a vivir en carne propia esta experiencia primitiva y retrógrada, que hizo levantar muros inclusive en nuestras familias Un gobierno que hace apologías de la obra humana de Mandela, pero que siente un placer inmenso en repetir con sus connacionales experiencias de segregación y abuso típicas de la barbarie fascista.
ResponderBorrarPero es tiempo de navidad que nos recuerda la solidaridad, el encuentro, que calma el dolor en el alma y silencia a niveles inaudibles la conciencia, para darnos un respiro en este eterno recomenzar de la vida humana, en un tiempo que nos tocó confrontarnos hasta con nuestras convicciones más profundas, habidos de esa luz, que es la esperanza
Si no te veo en estos tiempos finales del año, recibe un abrazo fraterno y mis deseos para que en compañía de tu familia los abrigue la paz
Amigo,
Guillermo Giannotti