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martes, 10 de abril de 2012

Educación ¿un fraude?

Así, como fraude, destacados educadores han calificado la enseñanza que se imparte en los planteles del país.


Tal Cual

Política / Jueves 24 de febrero de 2011 / p.7

AL COMPÁS DE LA CIENCIA


GIOCONDA SAN BLAS


EDUCACIÓN, ¿UN FRAUDE?

Así, como fraude, destacados educadores han calificado la enseñanza que se imparte en los planteles del país. Razones para ello sobran: falta de comprensión de la lectura en estudiantes a punto de egresar como bachilleres, carencia de conocimientos en materias científicas, docentes mal remunerados y peor estimulados, materias dadas por vistas sin haber sido impartidas, entre tantas causas para el bajo desempeño que niños y jóvenes venezolanos exhiben a lo largo de su proceso formativo.

Las fallas se evidencian en matemáticas, física, química y biología, temas de vital importancia para abrirse camino en esta sociedad del siglo XXI que exige alfabetización científica para el progreso personal y social. Hasta hace poco, las pruebas de ingreso al sistema universitario, aplicadas por la OPSU a nivel nacional, indicaban que en las pruebas de habilidad numérica, el promedio era de 9,78 sobre 50 puntos (4 puntos sobre 20).

Su suspensión en años recientes sólo oculta este hecho, como lo demuestran pruebas similares aplicadas en olimpíadas matemáticas, ahora realizadas por esfuerzo privado una vez que el gobierno decidió excluir cualquier prueba de eficiencia por elitista. En ellas, los promedios siguen siendo bajos, con valores que rondan los 5 puntos sobre 20.

En química, la situación no es mucho mejor. Datos provenientes de la Asociación Venezolana de Olimpíadas Químicas indican que los promedios en las pruebas diagnósticas nacionales están en el orden de 8 puntos, con el agravante de que los liceístas no sólo fracasan en el conocimiento de la materia sino en la mera comprensión del texto, por fallas de lectura originadas en una deficiente preparación durante su paso por el nivel primario de educación.

Añádase a esto la aberrante circunstancia de alumnos que aparecen con materias científicas aprobadas, aunque no hayan recibido ni una hora de clase, por inexistencia de profesores de aula en sus liceos, como lo atestigua el Colegio de Profesores de Vargas (por citar uno solo) que afirma que en esa entidad hay déficit de 20 a 37% de profesores, contribuyendo al egreso de bachilleres y promoción a grados superiores sin cursar esas materias. Un aumento de 6,0 a 7,7 sobre 20 en el promedio general se resalta como señal de mejoría educativa.

Lo lamentable es que hechos como éstos ocurren con más frecuencia en instituciones públicas, llevando a muchos padres a hacer esfuerzos económicos supremos para trasladar a sus hijos a colegios privados, como las propias estadísticas del ministerio de educación revelan, en búsqueda de una mejor formación académica.

De manera que la paradoja es evidente: un gobierno que se dice para los pobres, ofrece una pobre calidad educativa para los jóvenes que serán la población activa en los años venideros. Pobre manera de garantizar el progreso de la nación.

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